“Mi música es diversa porque es natural y humana. No es natural para un
hombre caminar en una sola dirección”
Goran
Bregovic
Bregovic dice que sus discos huelen a cocina gitana, eso me remite al fogón
alrededor del cual la familia se reúne y humaniza, donde se canta mientras se
rebana y desde donde se percibe el sonido de los metales desafinados, o para no
ser “orquestacentrista”, afinados según otros criterios culturales, bastante
afines, por cierto, a los de las bandas de viento mexicanas.
Para ilustrar la diversidad de su producción pongamos sobre la mesa Kalasnjikov,
emblemática canción de la película Underground; Lullaby, compuesta para
La Reina Margot; la serie Tales I a VI que vienen en el álbum
Tales and Songs from Weddings and Funerals y Karmen (Con un final feliz)
que es su propia versión de la ópera Carmen de Georges Bizet. Al escuchar esta
selección encontraremos diferentes influencias culturales, desde luego la romaní
y el rock, pero también música árabe, popular occidental, tango, clásica y
ópera. En algunos casos fusionada y en otros dispuesta de forma más pura.
Su proceso creativo –descrito en reciente entrevista- es libre, ronda por
la belleza del rock and roll o cualquier melodía que emane de su mente y
permite que vaya por el camino que le parezca más natural. Un día compone algo muy simple y después lo
lleva hacia algo más complejo, después le da un giro completamente infantil y
finalmente busca que sea congruente con la imagen de sí mismo.
Apuesto que esta forma lúdica de construcción, arraigada en la música más
cercana al hogar y no en criterios arbitrarios de técnica de conservatorio –a
donde sí asistió durante su juventud- es la responsable de que sus obras nos
parezcan tan sensuales, familiares, y que muchas de ellas nos produzcan una irrefrenable
necesidad de brincar por la naturalidad rítmica con la que transcurren.
No debemos pensar en Goran Bregovic únicamente como el autor de esa divertida
fusión de música de los Balcanes y rock. Es un hombre complejo, capaz de
componer, interpretar y actuar. Heredero de una cultura enriquecida por la
mezcla de las religiones católica, ortodoxa, musulmana y judía; así como de personas
del centro de Europa, húngaros, gitanos, árabes, judíos, croatas, serbios y
bosnios que viven en Sarajevo, su ciudad natal.
La riqueza rítmica, tímbrica y melódica de su música es resultado de la
asimilación de esas vertientes culturales y de su buena disposición para
cocinarnos música nueva con sabor a garbanzo y azafrán.
[Versión original de la publicada en la Revista Cultural Alternativas del mes de Octubre de 2013]
[Versión original de la publicada en la Revista Cultural Alternativas del mes de Octubre de 2013]
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