jueves, 12 de junio de 2014

Edson Zampronha, la otra música de Brasil


  
Cuando de música brasileña se trata lo primero en que pensamos es Samba, esa hija del ritmo africano que nació en la Bahía de Todos los Santos. Imaginamos una batucada y mujeres pletóricas de plumas y curvas que bailan al ritmo de las percusiones. Al oír Samba el cuerpo se mueve, la boca sabe a caipiriña, la temperatura y los ánimos caldean.

El Samba carioca nos conduce al Bossa Nova, su afortunada reinterpretación estética, más lírica y jazzística, de finales de los años 50. Nadamos en el río que formaron las Aguas de marzo, dejando que el canto Desafinado de Joao Gilberto y los arreglos de Antonio Carlos Jobim nos conduzcan a un estado de relajación sabrosa que los mexicanos no podemos dejar de asociar con las películas de Mauricio Garcés. 

Recientemente vivimos una saturación de éste estilo por la moda ingrata de bossanovarlo todo: desde Aerosmith hasta la cara de poker de Lady Gaga, produciendo muchas versiones destinadas no a la posteridad sino a los elevadores. La anticreatividad: hacer de cosas diversas una misma.

En el ámbito de la música de concierto la referencia obligada es Heitor Villa-Lobos, quien con justa razón figura en la historia del siglo pasado como uno de los mejores compositores americanos. En su lenguaje musical existe  una transculturación de la tradición europea y la música folclórica brasileña, las Bachianas Brasileiras son el ejemplo idóneo.

Vamos a alejarnos de los anteriores lugares comunes y escuchemos una alternativa en las producciones contemporáneas: Edson Zampronha, compositor nacido en Río de Janeiro en 1963,   Doctor en Comunicación y Semiótica en Artes, autor del libro Notación, Representación y Composición, un nuevo paradigma en la escritura musical; profesor del Conservatorio de Música de Asturias y en años anteriores de la Universidad de Valladolid y la Universidad Estatal de São Paulo. Sus obras están distribuidas en más de 15 Cd´s entre los cuales destacan dos: Sensibile y Modelagens.

Al escuchar y comparar varias de sus obras encontraremos una diversidad de estilos compositivos, obras que no nacen de una fórmula y que generan una multiplicidad de lenguajes. Invierno para orquesta de cuerdas, es una propuesta retórica donde hace referencias a la obra de Vivaldi que contrasta absolutamente con el lirismo y libertad rítmica de Curva ao Infinito, pieza para piano y sonidos electroacústicos. De Profundis para coro y acompañamiento de piano, es un tercer ejemplo de la diversidad de Zampronha, donde adopta de buen agrado la tradición coral de la 2ª mitad del  siglo XX sin perder la voz propia, y se permite usar melodías y armonías amables para cualquier oyente. Opuesta a las anteriores presenta la serie Modelagem para diversos instrumentos, que la única forma sencilla que encuentro para describirla es como un viaje a través del sonido que es en sí mismo expresivo y placentero.

Declaró  Edson Zampronha en una entrevista que “cambiar, alterar o combinar de formas distintas los medios nos permite descubrir nuevas posibilidades de creación, permite expandir nuestro lenguaje musical, utilizar otros materiales sonoros y nuevas formas de puesta en escena”. Esa diversidad, esa flexibilidad y ese coqueteo amable con el oyente merecen ser interrogados. Sí, primero escuchados y después interrogados.

 [Versión original del artículo publicado por Liz Espinosa Terán en la Revista Cultural Alternativas en el mes de Junio de 2014]