Conciertos y desconciertos virginales:
Un panorama de la música en los tiempos de Shakespeare
Por Liz Espinosa Terán
Miremos a
Shakespeare con los oídos, a través de la música que lo envolvía. Para
comprender mejor la cultura de la época Isabelina, segunda mitad del siglo XVI,
hay que tener en cuenta que estuvo marcada por la asimilación del Anglicanismo
en el contexto de una sociedad que estaba dando un cambio de pertenencia
eclesiástica, pues a penas en 1534 se había declarado que la Corona era la única
cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra.
Hay frases
sobre música en las obras de Shakespeare, también indicaciones para la entrada
de música incidental en sus libretos, se sabe que dentro de las obras usaban un
Broken
Consort, conjunto musical pequeño de cuerdas y vientos, pero las piezas
dramáticas de Shakespeare no son óperas, no existe una partitura específica
para ellas. La música incidental que usaban era la producida durante el
renacimiento inglés.
La música
Isabelina tiene a dos figuras centrales: Thomas Tallis y William Byrd. Tallis
fué miembro desde 1543 de la Capilla Real de Enrique VIII y de sus sucesores:
Eduardo VII, María I e Isabel I. William Byrd también fue miembro de la Capilla
Real a partir de 1572, durante el reinado de Isabel I y después con Jacobo I,
su sucesor. Estos compositores, que habían sido formados en base a los cánones
musicales de la Iglesia de Roma, fueron los encargados de crear obras para la
nueva liturgia anglicana. Los primeros motetes en inglés, por ejemplo, son obra
de Tallis. Ambos alternaron la composición de Misas y Motetes católicos con
ciclos de Motetes, Maitines y piezas para el Servicio Anglicano, usando una
textura menos compleja para la música reformista; y pasaron gran parte de su
vida profesional sorteando el hecho de ser católicos que navegaban en un mar
protestante más o menos intolerante. Por un lado tuvieron privilegios como el
monopolio de la impresión y venta de partituras, pero por otro, a Byrd, por
ejemplo, le tocó pagar multas por aparecer en las listas de recusación donde se
consignaba a los que cometían el delito de no adoptar la religión oficial.
La tendencia
polifónica, es decir: la música hecha para 2 o más líneas melódicas
simultáneas, imperó indiferente en el católico latín, en el puritano inglés y
en parte de la música profana e instrumental, por ejemplo: The Browing, variaciones instrumentales
sobre la melodía popular The Leaves be
Green de Byrd, que fue creada mientras Shakespeare escribía la Comedia de
las Equivocaciones.
Cuando pensamos en la música instrumental del renacimiento isabelino hay
que remitirse forzosamente a la música solista para Virginal, un instrumento de
teclado parecido al clavecín, en el que las cortesanas de la Reina virgen
interpretaban Pavanas, Gallardas, Fantasías y otras piezas para teclado. El
conjunto instrumental típico conocido como English Consort, regularmente
consistía en 3 instrumentos de cuerda pulsada, como el laúd o la cítara, 2
instrumentos de arco, como el violín y la viola y una flauta traversa. Además
de Byrd, John Dowland, Thomas Luppo y Orlando Gibbons produjeron piezas para
esa dotación, escucharlas es una manera sublime de leer a Shakespeare.
[Versión original del artículo publicado el mes de Octubre de 2014 en la Revista Cultural Alternativas]
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