En la música, como en las relaciones humanas, la distancia
ha dejado de ser un problema. Hasta hace un par de décadas la simultaneidad en
tiempo y espacio de los intérpretes era una condición obvia, no hacía falta
buscar en la partitura si debían de estar dentro o fuera de la sala de
conciertos. En el siglo XIX se usó con frecuencia que algún instrumentista estuviera
fuera del escenario para lograr efectos sonoros, Mahler y Puccini, por ejemplo, recurrieron a
esta estrategia en sinfonías y óperas, pidiendo que se emitiera el sonido
detrás del escenario o entre el público en la parte alta del teatro. Pero
todos, ejecutantes y público, estaban
dentro del mismo recinto.
Hoy la tecnología nos permite esquivar la distancia, un
ejemplo fascinante es el cuarteto para cuerdas y 4 helicópteros, Helikopter-streichquartett, que Karlheinz Stockhausen estrenó en 1995,
donde subió a cada miembro del cuarteto en un helicóptero; la música es el
resultado de la combinación de las cuerdas, motores, viento y todos los sonidos
que produce ese medio de transporte. El público tiene acceso a la obra gracias
a la ingeniería en audio que la reproduce en la sala de conciertos. Ejecutantes
separados entre sí y separados del público que recibe en tiempo real la música.
Si se puede hacer desde casa una maestría en una universidad
que está en otro continente o hacer reuniones de trabajo con personas ubicadas en
varias partes del mundo a través de cualquier video conferencia ¿porqué no
hacer un coro virtual? Eric Whitacre, compositor y director norteamericano, se
lo planteó en 2009 y formó un coro que, según su página, tiene 5903 cantantes
viviendo en diferentes países, interpretando piezas corales con grupos
extraídos de este enorme coro diseminado; un hangout de google + es el medio
para que este director trabaje con sus cantantes a distancia, mira el resultado:
http://www.youtube.com/watch?v=D7o7BrlbaDs&list=RD02an7rBVAAiUw
y http://www.youtube.com/watch?v=aN3SZNb_Xa8&list=RD02an7rBVAAiUw
Su coro se presentará en la Gala del Festival de Coronación
de Buckingham Palace este mes de Julio de 2013, con una obra comisionada para
dicho evento, habrá que escucharla.
Desde la década de 1880, con la popularización del
fonógrafo, se dio la separación espacial
entre los intérpretes y el público, seguramente esto trajo una revolución en la
recepción de las obras, pues el público no pudo aplaudir ni tirar jitomates a
los músicos y ellos tampoco pudieron obtener una retroalimentación directa por
su trabajo. El público se mal acostumbró a conformarse con el sonido grabado y el
compositor se desvinculó, a mediados del S. XX, de los destinatarios de sus
obras. La separación que presenciamos en el siglo XXI proviene de la etapa de
la producción musical, del momento en que se crea y se ensaya ¿qué revoluciones traerá esto en la
creación y la recepción musical?
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